Compromiso
Créditos de la imagen: Pawla Kuczynskiego.
Cuando concebí la idea
de Stoupakis, pensé en todo lo que
costaría hacerlo, y me pregunté si realmente valdría la pena. Me refiero a que
quería hacer algo grande, enorme, complejo, un cyberpunk argentino con profunda
crítica social y política. Pero no me sentía preparado. Me daba miedo
embarcarme en una travesía tan extensa y potencialmente peligrosa. Hablar desde
el punto de vista de una agente ya indicaba que, mínimo, tendría que investigar
a fondo la labor policíaca. Pero también tendría que poner mi postura política,
y para eso debía tener unas bases argumentativas sólidas. No confiaba en que
las tuviera.
Pero el impulso de
construir este mundo y de contar lo que tenía para contar era más fuerte que
ese miedo. Escribí sobre lo que sabía, y resultó que sabía mucho más de lo que
sospechaba, que podía hacer referencias a eventos históricos y contemporáneos
con relativa facilidad.
El cuento estaba bien,
sentaba los precedentes, pero no fue un manifiesto muy comprometido. Tampoco lo
fue la primera versión de la novela. Pero ya las intenciones asomaban la
trompa. Recién al terminar la segunda reescritura —o sea, el borrador de la
tercera versión— de Agente—la primera
parte de la novela— obtuve los resultados que esperaba, y que más tarde, en Cabo y Sargento, profundizaría.
La moraleja es: confiá
en tu criterio y conocimientos, y escribí. Te va a sorprender la cantidad de
información que tenés guardada.
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